La dislexia es un trastorno especifico del aprendizaje de la lectura de base neurobiológica, una dificultad inesperada para adquirir la lectura que presentan algunos niños con inteligencia, motivación y escolarización adecuada.
Las repercusiones de las dificultades para la lectura y escritura irán cambiando a lo largo de la vida, pero siempre estarán presentes en todas las etapas, a pesar de que en muchos casos, con ayuda, podrán compensarse y permitir a la persona afectada una lectura precisa para poder llegar al conocimiento por medio del lenguaje escrito. Siempre lo hará, sin embargo, de una forma menos automatizada, lo que se traduce en el adulto disléxico con una baja velocidad lectora y poco dominio ortográfico.
La dislexia es un trastorno con una fuerte carga hereditaria. El 40% de los hermanos y entre un 30 y 50% de padres de un niño disléxico también presentaron el trastorno. Los padres de niños disléxicos a menudo se sienten identificados con las dificultades que presenta su hijo aunque nunca hayan sido diagnosticados.
La dislexia es el trastorno de aprendizaje más frecuente. Estudios practicados en distintos países dan unas cifras de prevalencia del trastorno entre un 5 y 17 % de la población.
Afecta por igual a ambos sexos. En estudios poblacionales no hay diferencia entre géneros en cuanto a la presencia de dificultades en la lectura.
Los niños disléxicos no suelen tener dificultades hasta que tienen que iniciar el aprendizaje de las letras. Son niños que han presentado un desarrollo psicomotor normal, que se relacionan bien con sus iguales, que aprenden con facilidad lo que se les explica en clase, y cuyo comportamiento es el adecuado para la edad cronológica. En los primeros cursos de Educación Primaria, los niños disléxicos se caracterizan por presentar:
- Dificultad para el deletreo y el manejo mental de los sonidos de las palabras (conciencia fonológica). Esta misma dificultad incluye poca agilidad en encontrar palabras que empiecen o acaben con la misma sílaba (rimas), dificultades para mantener el orden secuencial en palabras polisilábicas (Ej.: película /peculila, pedalear/peladear), …
- Dificultad para utilizar el nombre de los colores, de las letras, de los números. No es un problema de concepto, es un problema de evocación de la palabra. La dificultad reside en la lenta evocación de las palabras en el momento en que se necesitan, a pesar de tener la palabra en su repertorio lingüístico.
- Dificultad para aprender el sonido de las letras, para asociar un sonido a una letra (correspondencia fonema – grafema). A pesar de la repetición, los niños disléxicos presentan una resistencia a automatizar dicha asociación.
- Lectura con muchos errores de sustitución, rotación, omisión e inversión de letras. Una lectura trabajosa, forzada, con pausas, rectificaciones, repeticiones,…. Generalmente el ritmo lector (la velocidad) está más cerca de la normalidad que la mecánica lectora. A pesar de este nivel lector, muchos de estos niños consiguen una comprensión lectora igual que la de sus compañeros no disléxicos.
- Escritura con errores ortográficos naturales (uniones y fragmentaciones de palabras, inversiones, sustituciones, omisiones, adiciones de letras y/o sílabas) y arbitrarios (b/v, j/g, h…).
- Dificultad para memorizar secuencias verbales: días de la semana, meses del año,…
En el Ciclo superior de la Educación Primaria y en la Educación Secundaria, cuando no se aprende a leer, sino que se lee para aprender, el niño disléxico se caracteriza por:
- Lectura lenta, poco automatizada y que por tanto requiere mucho esfuerzo.
- Gran dificultad para la aplicación de las normas ortográficas de forma espontánea.
- Expresión escrita deficiente por una pobre conciencia morfosintáctica. Pasar del discurso oral al escrito requiere de unos pasos que obligan a ordenar las ideas en frases y éstas en parágrafos.
- Repercusión variable en la comprensión lectora. Cuando el alumno no disléxico puede centrar todo su esfuerzo y atención en la comprensión del texto, el disléxico todavía realiza un gran esfuerzo en la decodificación del texto escrito en detrimento de la comprensión.
- La dificultad en automatizar las secuencias verbales en esta etapa significa no tener automatizadas las tablas de multiplicar. Este hecho, junto a la baja comprensión de los enunciados de los problemas, hace que los disléxicos pueden presentar mal rendimiento en la asignatura de matemáticas.
En la adolescencia y la edad adulta, nos encontramos con adultos disléxicos que se caracterizan por:
- Baja velocidad lectora a pesar de que, en muchos casos y especialmente si se ha seguido practicando, se puede tener una lectura precisa y funcional.
- Poco dominio ortográfico.
- Rechazo a estudios o trabajos que requieren mucha lectura o redacción. Evitan películas de cine subtituladas, novelas largas, etc…
De forma paralela o secundaria a estas manifestaciones, el niño disléxico puede manifestar:
- Rechazo a las tareas relacionadas con la lectura.
- Vergüenza para leer en público.
- Falta de tiempo para terminar las tareas escritas.
- Bajos resultados académicos al hacer pruebas escritas en comparación al esfuerzo realizado y a los conocimientos conseguidos.
- Baja autoestima.
Fuente: El aprendizaje en la infancia y la adolescencia. Claves para evitar el fracaso escolar. Observatorio FAROS Sant Joan de Déu, 14/09/2010. http://www.faroshsjd.net/item.php?idpare=&id=1774&lang=1