Ese verano nos empeñamos en que nuestra hija aprendiera a reconocer, si no todas, algunas letras del abecedario. Iba a hacer primero y se suponía que tenía que empezar a adquirir la facilidad de, al menos, reconocer su nombre escrito. Recuerdo haberle enseñado una letra y pronunciado su sonido repetidamente, y cómo ella se veía incapaz de retener esa información. Parecía increíble que no fuera capaz de algo tan sencillo para nosotros y por eso le pedíamos que se esforzara. Fueron unos momentos realmente duros, porque le estábamos exigiendo algo que ella no era capaz de hacer en aquel momento.

Han pasado tres años y durante este tiempo he visto a mi hija  esforzándose para “atrapar” esas letras tan traviesas. La he visto intentando inmovilizarlas, dominarlas… y la he visto tirando la toalla y diciéndose a sí misma que era tonta, que no valía para nada.

Todas estas imágenes aparecían en mi imaginario, formando una historia que pedía ser escrita y dibujada. Así nacieron los primeros esbozos de este cuento. Un pequeño cuento hecho con mucho cariño, en el que los niños que se vean reflejados en él, puedan empezar a entender qué es lo que les ocurre.

Iraida Llucià i Bagüés es pintora e ilustradora, y madre de una niña disléxica. Es co-autora de «Las letras y yo. Un cuento sobre la dislexia». Podéis ver parte de su obra en http://iraidaillustracions.blogspot.com.es .